Hoy es el día en el que la Ciudad De Puertollano puede dar un paso de gigante para alcanzar la gloria. Leen bien, la Ciudad. No el club, ni el equipo. Las ciudades pequeñas a veces necesitan deportes pequeños para alcanzar un sitio en la élite. Lejos de proyectos faraónicos del deporte rey, como ocurrió en su momento en la capital provincial, el objetivo puede conseguirlo antes otra disciplina. Allí se hizo con “el oro y el moro” y aquí, lamentablemente, y a pesar de lo que nos prometían al inicio de temporada, ni una cosa ni otra.
Han tenido que ser unos valientes, que dan la cara cada semana ante menos de mil personas y con los bolsillos llenos de agujeros, los que están consiguiendo la hazaña. Y lo hacen por la Ciudad De Puertollano, por su gente trabajadora, por la afición fiel desde el inicio del club y por los que se apuntan a caballo ganador y que también son bienvenidos porque en este club no hay clasismos. Lo hacen por gente como Pepe Castilla, Ángel, Javi Caballero, Francis, los hermanos Naranjo, Nieva, Aramburu, Rogerinho, Touché, Raúl, Adeva, aquel genio loco llamado Ramonsito, Vicente, Novas, David, Jota, Castedo, Wiwi, Iván Bueno, el añorado Perdiz, Chema Cruz, Javier García Carpintero, Jaime Ruiz, Pablo Vozmediano y tantos otros de los que por supuesto no me olvido. Y lo hacen por ellos mismos: Vigara, Borja, Werner, Nano, Merino, Fer, Robert, Kikillo, Párraga, Contreras, Mehdi, David Ramos…Porque todos ellos son historia y estos últimos están escribiendo los primeros renglones de oro.
Espero que no falte nadie. Que en la grada esté desde el primero al último buen aficionado al deporte local. Que solo las causas de fuerza mayor provoquen ausencias. Que esté el gobierno local y la oposición y que, si es posible, se mojen ante la prensa sobre lo que ofrecen en sus campañas para el más que posible futuro del club en la máxima categoría. El primer club que pone el nombre de la ciudad en lo más alto. Que estén presentes miembros de las directivas de otros clubes. En especial de la que da nombre a ese frustrado proyecto de unión. Porque a pesar de que la unión en este caso sea casi una utopía, al menos hay que dar apariencia de que el deporte de esta ciudad camina en la misma dirección.
Del fútbol hablaremos otro día. Pero no estaría mal echar también un vistazo cuarenta kilómetros al norte para, en este caso, comprobar lo que no hay que hacer. Que la gloria de unos no tenga por qué convertirse en la tragedia de otros. Puertollano es capaz de aguantar los éxitos a pares.